Un hombre tenía un caballo y un
asno.
- Toma una parte de mi carga si
te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no
dijo nada al asno.
Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la
carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando
dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no
haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y
hasta con la piel del asno encima!
MORALEJA: Cada vez
que no tienes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin
que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.
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